Parece que cada día al ver las noticias lo que más hay son personas desaparecidas homicidios y secuestros.
Como ciudadanos sentimos la impotencia y la frustración al ver lo que ocurre a nuestro alrededor.
Nadie está seguro hoy en día, desaparecen muchachas, jóvenes, personas mayores indistintamente.
La ciudadanía en ocasiones lo ignora, pero cuando alguien cercano es la víctima se vuelcan en reclamos a las autoridades y claman justicia.
En otros casos más desafortunados los ajenos acusan a las víctimas por ser las culpables de estar en peligro (POR IR SOLAS, POR SALIR A DIVERTIRSE).
Los únicos y verdaderos culpables son las autoridades que han permitido que la delincuencia crezca.
La corrupción de todos los que participan en la impartición de justicia pues no solo los jueces o magistrados comenten actos de corrupción.
Hay casos muy evidentes en donde las leyes no se aplican adecuadamente y los culpables como si no hubiera pasado nada.
Tal es el caso que se dio a conocer el pasado 3 de julio en donde una conductora que manejaba en estado de ebriedad arrollo a un motociclista y su pareja causándoles la muerte y posteriormente se impactó contra otro motociclista al que causo lesiones de gravedad.
El juez la dejo en libertad bajo promesa de ir a firmar cada semana y asistir a pláticas para controlar su alcoholismo.
Cuando sabemos que conducir en estado de ebriedad es un delito y en este caso fue la causante de la muerte de dos personas ¿cómo puede estar libre?
Me pongo a pensar lo mal que lo están pasando los familiares de las víctimas y creo que como sociedad ya debemos levantar la voz para exigir justicia y seguridad.
El asesinato de Cristian Vázquez hace más de un mes, antier el homicidio de la presidenta de CANAIPESCA la lista podría ser interminable, pero no queremos enumerar victimas.
Deseamos que se haga justicia que dejen de un lado los favoritismos ya es tiempo de acabar con la corrupción en la impartición de justicia.
La desaparición y asesinato de la joven Paola Bañuelos y muchas personas más que continúan desaparecidas.
En estas dos últimas semanas han vuelto una ola de jovencitas desaparecidas a las horas de ir o volver de la escuela.
Muchas veces no sabemos si las localizaron o que sucedió con ellas.
Es muy triste pensar que Ensenada considerada una ciudad segura hoy en día este viviendo esta ola de inseguridad.
No se trata de culpar a los padres por mandar a sus hijos solos a la escuela, a veces no tienen otra opción, el verdadero problema lo conocemos es la impunidad que cada día se hace presente.
Esperemos que las reformas en cuanto a la impartición de justicia sean realmente eficientes y acaben con la corrupción e impunidad.
Todos deseamos vivir con la libertad que nos brinda una ciudad segura.
No dejemos en el olvido todos estos hechos que hoy lastiman a nuestra sociedad.
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